Trabajar en la campaña internacional de Turespaña con Ogilvy fue una oportunidad única para ayudar a reimaginar cómo se presenta España al mundo. Editando imágenes de más de 60 lugares de todo el país, el reto consistía en crear un ritmo que se sintiera a la vez cinematográfico y honesto, capturando la belleza tranquila, la profundidad cultural y la atracción emocional de una forma de viajar más lenta y significativa. Un proyecto que me recordó lo poderosa que puede ser la edición cuando está al servicio de una historia con propósito.